Smiley face

Páginas

viernes, 26 de abril de 2013

LIMA Y LOS LIMEÑOS: DE AYER, HOY Y SIEMPRE (segunda parte)



Los primeros años del siglo pasado fueron de auge y modernización de la ciudad hasta que llegó la crisis de 1929 y con ella años de turbulencia social, política y económica, por cierto.
En la década del 40, Lima comienza a recibir las primeras migraciones y con ellas se extiende hacia las zonas periféricas de entonces; Pamplona por el Sur y Comas así como San Martín de Porres por el norte y por el este los cerros que circundan la ciudad como el propio San Cristóbal, San Cosme y El Pino.
La gran explosión demográfica había comenzado y con ella nuevas manifestaciones culturales. El limeño dejó de ser ese personaje que hacía sus paseos dominicales por el Jirón de La Unión o que vivía en la zona céntrica de la ciudad.
Lima siguió creciendo y ya en los 70s surge la comunidad autogestionaria de Villa El Salvador; en los 80s, Huaycán y a fines de los 90s, Pachacútec como símbolos de una serie de necesidades no satisfechas. Lo que se escuchaba en las radios capitalinas no era “la realidad” que bullía en los llamados “conos”. El transporte creció enormemente y una nueva cultura hizo su aparición bautizada como “cultura chicha”.
La crisis de los 80s trajo consigo desorden y una necesidad de supervivencia al margen del Estado en todos sus estamentos. La informalidad luego reconocida como un gran esfuerzo de emprendimientos surge como respuesta a la falta de oportunidades en la economía formal.
Gamarra, Polvos Azules, el Parque Industrial de VES, Caquetá y San Juan de Lurigancho son unos cuantos ejemplos que nos muestran los esfuerzos para vencer la crisis. Y con ello diversas manifestaciones culturales; los locales de música en la Carretera Central recién eran descubiertos por la Lima “oficial” y proveniente de esa movida, años más tarde un hijo de quien hacía los letreros publicitarios de esos conciertos musicales, hoy es reconocido por todos; me refiero al gran Elliot Túpac, cuya fama ya ha traspasado las fronteras.


De igual forma podemos decir de cómo irrumpen los antes llamados “cocineros” que se transforman en “chefs” y con esa “explosión”, la quinua, las papas nativas, el pisco, las frutas de la Amazonía y una serie de productos antes desconocidos por la mayoría.
De hecho muchos empleos desaparecieron con el pasar de los años y nuevas formas de empleo y autoempleo han surgido.  La tecnología está al alcance de todos. Los teléfonos “inteligentes”, las tablets, las nuevas formas de comunicarse a través de las redes sociales, una nueva “sociedad de la información”, han cambiado al nuevo limeño.
La pobreza ha retrocedido y una nueva clase media emerge con fuerza de nuevo. Los llamados "conos" antes eran sinónimo de pobreza; hoy son lugares emergentes que avanzan raudos. Actividades como ir al teatro o los cinemas; comprar discos y libros “formales” han cobrado presencia. Muchos peruanos que se fueron con la crisis en los 80s y 90s e incluso extranjeros han venido ya no para visitar a sus familias sino para quedarse.
Lima y los limeños han cambiado.Nadie lo duda.
Justo en estos días una exposición fotográfica (“Lima mírame”) se viene llevando a cabo en Barranco. En ella se muestra a los rostros de familias que a lo largo de estos años han contribuido a cambiar el rostro de Lima. Sin embargo por qué no se exhibe también en aquellos lugares donde se ha producido ese cambio. Ojalá que no sea como una famosa artista “popular” argentina que decía que “cantaba a los pobres del mundo” pero nunca cantó gratuitamente para ellos en nuestro país.

No hay comentarios: