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jueves, 18 de agosto de 2011

ALL RIGHT¡¡¡



All right¡¡ Es la frase que todos los que estamos en el sector turismo esperamos escuchar de un viajero al término de su periplo por el Perú. Y nos referiremos, en esta ocasión, al turista extranjero. Sobre el viajero nacional comentaremos en una próxima entrega pues hay que tener en cuenta otros factores que los hacen difícil de comparar.


El éxito de un viaje depende de muchos factores, buena parte de ellos exógenos a nuestro quehacer pero que de una u otra manera no escapan de nuestra responsabilidad.
Un buen viaje depende desde su inicial planificación de muchas buenas decisiones. Escoger los mejores hoteles, de acuerdo al presupuesto; coordinar con los mejores proveedores; ver los mejores itinerarios y medios de comunicación; entre otros factores, son decisiones que posibilitarán escuchar esta “frase mágica”, que da origen al título de este artículo.


Es imprescindible conocer los gustos y requerimientos de los viajeros a fin ofrecer el viaje “ad hoc” que permita que ellos perciban que han hecho el “viaje de su vida”. Sin embargo, esto no sería posible si los organismos de supervisión estatales o municipales no cumplen a cabalidad su tarea; como constatar la calidad de servicio de un hotel, las medidas de seguridad de una empresa de transporte o las normas de higiene de un restaurante. A ello hay que sumar la constante verificación, que las agencias de viaje deben hacer, de la calidad del servicio que brindan sus proveedores como un hotel o una empresa de taxi. Dejar ello en manos de “la suerte”, nos puede traer desagradables sorpresas y molestias en nuestros viajeros.


Un factor que hoy en día pone en riesgo a nuestros turistas, es la evidente inseguridad que sufre nuestro país. Ante ello, el gobierno ha ofrecido “tomar al toro por las astas” y enfrentar la lacra de la delincuencia. No hacerlo será una enorme irresponsabilidad y el sector turismo, tan sensible a este factor, se verá afectado inexorablemente, no solo hoy o mañana sino en el largo plazo.

Un viaje exitoso no depende solamente de grandes cosas o factores visibles. Un viaje exitoso depende de pequeños factores: que el viajero sea recibido por un solícito trasladista; que el taxista que maneje su trayecto al hotel sea cauto y de pulcro vestir ; que la unidad de transporte que use sea limpia y sin signos de choques o que el cambista de moneda extranjera que sea amable y justo al momento de hacer su trabajo. No hay peor señal para un turista que sentirse “engañado” al comprobar que la oferta que recibió, y por la cual pagó, no se asemeja en lo más mínimo a la realidad que vive durante el viaje.


Como lee usted amigo que nos sigue en este blog, planificar y operar viajes no es fácil. El éxito de los mismos, como ya hemos dicho, depende de muchos factores y de muchas personas. Por eso recibir un buen reporte o que los viajeros muestren su satisfacción al término de su viaje; es la suma de muchas actividades muy bien hechas y sobre todo del trabajo responsable de muchas personas involucradas en el sector turístico. Esta “industria sin chimeneas”, como se le ha llamado desde hace mucho tiempo al turismo, es importante en el quehacer económico de un país pues genera empleo, divisas y es una actividad que involucra a mucha gente. Hay que cuidar "la gallina de los huevos de oro"¡¡


Por eso, la próxima vez que recibamos las gracias por unas “vacaciones maravillosas”, recordemos que ello fue gracias a muchas personas, comprometidas en el desarrollo del país.

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